El Lazarillo de Tormes





El Lazarillo de Tormes supone el origen de la novela picaresca. Es una obra anónima y de carácter realista, que surge en el momento de éxito de los libros de caballería y la novela pastoril. Está constituido de un prólogo y siete tratados en los que se narran las aventuras y desgracias que el Lazarillo vive con sus diversos amos.

Es un libro narrado en primera persona por Lázaro de Tormes, llamado así por alumbrarle su madre cerca del río Tormes. El joven nos cuenta cómo su padre falleció en la guerra y cómo la madre rellena el vacío que esto le causa con otro hombre. Acompañando a su madre en uno de sus trabajos, Lázaro encontró un ciego que le quería como siervo. Así fue cómo se alejó el Lazarillo de su madre. Su amo era egoísta y lo trataba mal. El Lazarillo llega a tener hasta seis amos, todos con grandes defectos para desgracia del joven. Con el trato que le daban, Lázaro fue dejando de ser ingenuo para dejar paso a la audacia con la que obtiene aquello de lo que sus señores lo privan, no sin llevarse alguna represalia después. En el final se expone un hecho que te da opción a interpretarlo de la manera que creas conveniente.

El Lazarillo vive a base de trucos y trampas, se mueve por móviles inmediatos, como el hambre, sufre con resignación las adversidades buscando ascender en la escala social, pasa de la inocencia a la malacia y posee un código del honor deformado. 

Antes incluso de comenzar a leerlo, ya había clasificado el libro como aburrido; uno de esos libros pesados que sabes que no te van a gustar, pero me equivocaba. El Lazarillo de Tormes es un libro ligero, que se lee bastante bien. No tiene nada de aburrido, sino todo lo contrario: el autor, en los intentos de Lázaro por conseguir aquello que no tiene y la respuesta de sus señores cuando se dan cuenta de lo que ha hecho, introduce el elemento humorístico con facilidad y finura. He de decir que muchas de las aventuras de Lázaro las había escuchado de antes pero no pude evitar pasarlo bien mientras lo leía. A decir verdad, me ha gustado. Desde mi punto de vista, es un libro extraño, ya que el final me dejó con un sabor raro. Quizás es esto lo que le hace peculiar.

Me gustaría finalizar esta reseña con una breve frase que aparece al inicio del Primer Tratado y está inundada de veracidad y reflexión:

«¡Cuántos debe de haber en el mundo que huyen de otros porque no se ven a sí
mismos!»

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