Mejores citas de Princesa mecánica, de Cassandra Clare

-No te estás muriendo de verdad -dijo Will, con el tono más extraño en la voz-, ¿no?
Jem asintió.
-Eso me dicen.
-Lo siento -se lamentó Will.
-No -contestó Jem a media voz. Dejó la chaqueta a un lado y sacó el cuchillo del cinturón-. No seas así de vulgar. No me digas que lo sientes. Di que te entrenarás conmigo.
[...]
-Me entrenaré contigo -afirmó Will.
Will Herondale y Jem Carstairs
 -¿Y supongo que no será posible -preguntó Henry en medio del silencio-, er..., pisarlo?
Henry Branwell
-No creo que puedas luchar porque llevas un vestido de novia -replicó su prometido-. A decir verdad, no creo ni que Will pudiera luchar con ese vestido.
-Quizá no -intervino éste, que tenía el oído de un murciélago-. Pero sería una novia radiante.
 Will Herondale y Jem Carstairs
-¿Un gusano de doce metros? -[...]-. Imagina el tamaño del pez que podríamos pescar con él.
Will Herondale
-[...] -Se quitó el anillo de los Carstairs del dedo y se lo tendió a Will-. Cógelo.
Will miró el anillo, y luego le clavó la mirada en el rostro de Jem.
[...]
-¿Ahora quieres casarte conmigo?
Will Herondale y Jem Carstairs
-[...]. Voy a un antro ifrit, si quieres saberlo, para comprar drogas a renegados violentos y disolutos. Podrían echarte el ojo y decidir venderte.
-¿Y no se lo impedirías?-Supongo que dependería de cuánto me dieran.

Will y Cecily Herondale
-¿Qué? -preguntó Charlotte a media voz.-Mira. -Orgulloso, Henry avanzó un paso y apretó algún tipo de resorte invisible. La cuna comenzó a mecerse suavemente de un lado a otro.
Charlotte espiró aire, aliviada.
-Es muy bonita, cariño.
Charlotte y Henry Brandwell
Tristeza, pero no compasión […]. Jem siempre me ha dado exactamente lo que necesitaba de la forma en que lo necesitaba, incluso cuando yo mismo no sabía lo que necesitaba. Todos los parabatai son entregados. Debemos serlo, para dar tanto de nosotros al otro, incluso aunque ganemos fuerza al hacerlo. Pero con Jem es diferente. Durante todos estos años he necesitado que viviera, y él me ha mantenido vivo. Pensaba que él no sabía lo que estaba haciendo, pero quizá sí.
Will Herondale
La mayoría de la gente se considera afortunada por tener un solo gran amor en su vida. Tú tienes dos. 
Woolsey Scott
-Has hecho tanto… -le susurró ella-. Magnus intentará ayudar, y nosotros seguiremos buscando y quizá salga algo. No puedes perder la esperanza. 
Tessa Gray
No me insultarás tirándome a la cara el sacrificio que haría por ti. 
Tessa Gray
Oh, ¿qué brilla más que la luz?¿Qué es más negro que la noche?
¿Qué es más afilado que una hacha?
¿Qué es más suave que la cera derretida?
La verdad brilla más que la luz.
La mentira es más negra que la noche.
La venganza es más afilada que una hacha.
Y el amor es más suave que la cera derretida. 
Bridget Daly
Cada corazón tiene su propia melodía […]. Y tú conoces la mía. 
Tessa Gray
Atque in perpetuum, fraterm ave atque vale […]. Por siempre jamás, mi hermano, saludos y adiós. 
Will Herondale
-Pero eres mi parabatai. Si tú sufres, yo quiero evitarlo.
-Esto -repuso Will- es una de las pocas cosas en la que no me puedes ayudar.
Will Herondale y Jem Carstairs
La mitad de ti no nos servirá a ninguno de los dos […]. No puedo confiar en nadie más para que vaya a buscarla, nadie más me daría su vida, como yo lo haría, por ella. Te habría pedido que te hicieras cargo de esta misión incluso si no hubiera conocido tus sentimientos, pero al estar seguro de que la amas tanto como yo… Will, confío en ti por encima de todo, y creo en ti por encima de todo, ya que sé que tu corazón está entrelazado con el mío en este asunto. Wo men shi jie bai xiong di; somos más que hermanos, Will. Emprende este viaje y lo harás no por ti solo, sino por los dos.
Jem Carstairs
Si existe una vida después de esta […], déjame encontrarte en ella, James Carstairs. 
Will Herondale
-James Carstairs -dijo en voz alta, y tragó saliva. Siempre era así; cuando más necesitaba de las palabras era cuando menos podía encontrarlas. Las frases del juramento bíblico parabatai le vinieron a la cabeza: "No me ruegues que te deje, o que regrese cuando te estoy siguiendo, porque a donde tú vayas, yo iré, y donde tú habites, yo habitaré. Tu gente será mi gente, y tu Dios, mi Dios. Donde mueras, yo moriré, y ahí seré enterrado. El Ángel me haga esto, y mucho más, si nada más que la muerte nos separa a ti y a mí".
Pero no. Eso era lo que se decía cuando se unían, no cuando se rompía la unión. David y Jonathan también fueron separados por la muerte. Separados pero no divididos.
-Ya te lo había dicho, Jem, que no me dejarías -[...]-. Y aún estás conmigo. Cuando respire, pensaré en ti, porque sin ti hace años que estaría muerto. Cuando me despierte y cuando duerma, cuando alce las manos para defenderme o cuando yazca para morir, tú estarás conmigo. Dices que nacemos una y otra vez. Yo digo que es un río lo que separa a los muertos de los vivos. Lo que sé es que si nacemos de nuevo, te encontraré en esa otra vida, y que si hay un río me esperarás en la otra orilla a que llegue a ti, para que podamos cruzarlo juntos. -[...]-. ¿Me has oído, James Carstairs? Estamos unidos, tú y yo, por encima de la separación de la muerte, por todas las generaciones que puedan venir. Para siempre.
Will Herondale

-Mi querida señorita Collins -[…]-, perdóname por mi inadecuado arrebato. Es sencillamente que siento tal… tal intensa estimación… no, no estimación, adoración, por usted que creo que debe brillar en mí en todos los momentos del día. Desde que llegué a esta casa, cada día que ha pasado me he ido sintiendo más cautivo por su belleza, su valor y su nobleza. Sería un honor que nunca llegaré a merecer, pero al que aspiro con todas mis fuerzas, si usted aceptara ser mía… es decir, si usted consintiera convertirse en mi esposa.
Gideon Lightwood
-Es cierto -admitió-. No soy ningún héroe.
-No -concedió Tessa-. Eres una persona, igual que yo. -Él le escrutó el rostro con la mirada, fascinado; ella le entrelazó los dedos y se los apretó-. ¿No lo ves, Will? Eres una persona como yo. Eres como yo. Dices las cosas que yo pienso, pero nunca digo en voz alta. Lees los libros que yo leo. Amas la poesía que yo amo. Me haces reír con tus canciones ridículas y con el modo en que ves la verdad de todo. Siento que puedes ver dentro de mí, y ver todo lo que tengo de raro o poco corriente de la misma manera. -Con la mano que sujetaba la de él, le acarició la mejilla-. Somos lo mismo.
Will Herondale y Tessa Gray
-Dices que soy un buen hombre -[...]-. Pero no soy tan buen hombre. Y estoy... estoy catastróficamente enamorado de ti.
-Will...
-Te amo tanto, tantísimo... -[...]-, y cuando estás tan cerca de mí, me olvido de quién eres. Me olvido de que eres de Jem. Tengo que ser la peor persona del mundo para pensar lo que estoy pensando en este momento. Pero lo estoy pensando.
Will Herondale y Tessa Gray
Escúchame, me voy, pero estoy vivo. No me voy totalmente de ti, Will. Cuando luches, seguiré estando contigo. Cuando camines por el mundo, yo seré la luz a tu lado, el suelo firme bajo tus pies, la fuerza que sujeta la espada en tu mano. Estamos unidos, más allá de cualquier juramento. Las Marcas no cambiaron eso. El juramento no cambió eso. Sencillamente puso palabras a algo que ya existía.
Jem Carstairs
Tess, Tess, Tessa.¿Hubo  alguna vez un sonido más hermoso que tu nombre? Decirlo en alto hace que mi corazón tintinee como una campanilla. Resulta raro imaginar eso, ¿no? ¿Un corazón tintineando? Pero cuando me tocas, eso es lo que siento, y el corazón me tintinea dentro del pecho, y el sonido me estremece las venas y me rompe los huesos de alegría.
¿Por qué he escrito estas palabras en este libro? Por ti. Me enseñaste a amar este libro, cuando yo lo había desdeñado. Cuando lo leí por segunda vez, con la mente y el corazón abiertos, sentí la absoluta desesperación y envidia por Sydney Carton, sí, por Sydney, porque aunque no tuviera ninguna esperanza de ser correspondido por la mujer que amaba, al menos podía confesarle su amor. Al menos podía hacer algo para demostrar su pasión, incluso si eso era morir.
Yo habría aceptado la muerte a cambio de tener la oportunidad de decirte la verdad, Tessa, si hubiera estado seguro de que esa muerte habría sido la mía. Y por eso envidiaba a Sydney, porque era libre.
Y ahora, por fin soy libre, y por fin puedo decirte, sin temor de ponerte en peligro, todo lo que siento en el corazón.
Eres el último sueño de mi alma.
Eres el primer sueño, el único sueño que nunca pude obligarme a dejar de soñar. Eres el primer sueño de mi alma, y de ese sueño, espero que nazcan todos los otros sueños, toda una vida de sueños.
Al fin con esperanza,
Will Herondale.
Will Herondale
He oído a veces que los hombres que pierden un brazo o una pierna aún sienten dolor en esa extremidad. A veces puedo sentir a Jem conmigo, aunque no esté, y es como si me faltara una parte de mí.
Will Herondale
Cásate conmigo, Tess. Cásate conmigo y sé Tessa Herondale. O sé Tessa Gray, o como quieras llamarte, pero cásate conmigo y quédate conmigo y no me dejes nunca, porque no puedo soportar que pase otro día de mi vida en el que tú no estés.
Will Herondale
Los hijos había hablado con cariño de cómo Will siempre había amado a su madre, feroz y devotamente; de cómo nunca había tenido ojos para nadie más, y de cómo su padre les había dado un modelo del tipo de amor que ellos habían esperado encontrar en su propia vida.
Hijos Herondale
Zhin yin. Jem le había dicho en una ocasión que eso significaba entender la música, y también un vínculo que era más profundo que la amistad. Jem tocó, y tocó los años de la vida de Will como él los había visto. Tocó los dos niños en la sala de entrenamiento, uno enseñando al otro a lanzar cuchillos, y tocó el ritual de parabatai: el fuego, los votos y las ardientes runas. Tocó dos jóvenes corriendo por las calles de Londres en la oscuridad, parándose para apoyarse en una pared y reír. Tocó el día en la biblioteca cuando Will y él habían bromeado con Tessa sobre patos, y tocó el tren de Yorkshire en el que Jem había dicho que los parabatai debían amarse uno al otro como amaban a su propia alma. Tocó ese amor, y tocó el de ambos por Tessa y el de ella por ellos, y tocó a Will diciendo: «En tus ojos siempre he encontrado la gracia». Y tocó las demasiado pocas veces que los había visto desde que se había unido a la Hermandad; los breves encuentros en el Instituto; la vez que un demonio Shax había mordido a Will y casi lo había matado, y Jem había ido desde la Ciudad Silenciosa y se había sentado con él, arriesgándose a ser descubierto y castigado. Y tocó el nacimiento de su primer hijo, y de la ceremonia de protección que habían celebrado para el niño en la Ciudad Silenciosa. Will no había querido que ningún otro Hermano Silencioso la llevara a cabo. Y Jem tocó la forma como se había cubierto el marcado rostro con las manos y se había dado la vuelta cuando descubrió que el nombre del niño era Jem.Tocó el amor, la pérdida y los años de silencio, las palabras nunca dichas y los votos no realizados, y todos los espacios entre su corazón y el de ellos; y cuando acabó, y después de dejar el violín en la caja, los ojos de Will estaban cerrados, pero los de Tessa estaban cargados de lágrimas. […].
Te sujeto la mano, hermano, para que puedas ir en paz. 
Jem Carstairs
 -Una vez íbamos a casarnos -[…]-. Y yo te he amado todo este tiempo, un siglo y medio. Y sé que tú amabas a Will. Os vi juntos durante esos años. Y sé que ese amor era tan grande que debe de haber hecho que otros amores, incluso el que nos tuvimos cuando ambos éramos tan jóvenes, parezcan pequeños y sin importancia. Tuvimos toda una vida de amor con él, Tessa. 
Jem Carstairs

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