Todos deberíamos ser feministas, de Chimamanda Ngozi Adichie


Aunque he titulado esta entrada con el nombre de un libro, voy a hablar de dos muy brevemente, pues estos son cortos y la información que exponen entre sus páginas son dignas de ser leídas por todos vosotros sin ningún mínimo adelanto. No obstante, daré algunas indicaciones de los temas que tratan en su interior.

Todos deberíamos ser feministas es un ensayo de Chimamanda Ngozi Adichie, el cual, tras ser aclamado en una charla TED, pasó a adaptarse en un libro.

Como podréis imaginar, trata sobre el feminismo. En resumen, expone cómo el feminismo está definido en nuestros tiempos. Habla de ello en general y pone ejemplos de lo que fue su vida y cómo continúa siendo para mujeres que siguen la cultura Igbo, una cultura con matices machistas. También reivindica todo lo que la palabra feminismo recoge; es decir, la liberación de la mujer, la igualdad.

Este libro, al tratar dicho tema, no por ello va dirigido a las mujeres. Es más, pienso todo lo contrario. Como bien dice su nombre, todos deberíamos ser feministas, comenzando por el propio género femenino, pues no todas lo son; segundo, el género masculino tendría que apoyar esta causa. No hablo solo de hombres y mujeres adultos, sino que incluyo a adolescentes y niños.

Todos, desde el momento en el que venimos al mundo, deberíamos ser feministas y luchar por un mundo en el que reine la igualdad entre ambos géneros, lo cual es el propósito de este movimiento al que denominamos feminismo.


«El problema con el género es que prescribe cómo debemos ser, en vez de reconocer cómo somos. Imagina cuánto más felices seríamos, cuánta más libertad tendríamos para ser nosotros mismos, si no tuviésemos el peso de las expectativas de género.»




Querida Ijeawele. Cómo educar en el feminismo es una carta que escribe a su amiga y es adaptada a un libro, obviamente con algunos cambios.

El tema que trata es el mismo que en el libro anterior, indagando de una manera más profunda en los problemas con los que han de lidiar las mujeres. Da pequeños consejos -sugerencias lo llama ella-, para criar a las hijas para que sean feministas y para que sus ideas y acciones no sean oprimidas por el patriarcado.

Leer estos libros me enfadó. Sentía una gran impotencia mientras devoraba las páginas. Impotencia porque los hechos que visualizaba eran reales; porque yo vivía situaciones así constantemente.
Afrotunadamente, mi situación es bastante aceptable, en comparación con lo que soportan las mujeres en algunos lugares. Ya no otros países -obviamente hay países en los que están en situaciones mucho peores-, sino aquí mismo, en España, porque el machismo nos persigue allá donde vayamos. 

No diré mucho más. Libros de este tipo deberían ser leídos por todo el mundo para que así sus ideas se introduzcan en el resto de mentes y las vayan digiriendo para dar paso al cambio que iguale nuestros estatus y termine con todo lo que las mujeres soportan día tras día.


«En lugar de enseñarle a tu hija a agradar, enséñale a ser sincera. Y amable. Y valiente. Anímala a decir lo que piensa, a decir lo que opina en realidad, a decir la verdad. [...] Dile que, si algo la incomoda, se queje, grite.»



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