Spiderman y su gran poder para hacernos reír

Spiderman: Homecoming es la nueva versión de Spiderman (otra más) que nos trae este año Marvel a la gran pantalla, después de ofrecernos un pequeño adelanto en la película Capitán América: Civil War.

Esta nueva película nos trae a un Spiderman (Tom Holland) poco cualificado para serlo, ya que con apenas 15 años no acaba de tener control absoluto con el nuevo poder que tiene, ni con el avanzado traje que le regala Tony Stark o Iron Man (Robert Downey Jr.). Por otra parte, que el traje haya sido creado por Tony Stark hace que sea de un gran parecido en el interior al traje que estamos acostumbrados a ver Iron Man, por lo que esto no aporta una gran cualidad al nuevo Spiderman.

Si en esta película buscas buenas batallas típicas de Marvel estás equivocado de película, porque aunque tiene algunas son escasas y la película destaca más por sus momentos cómicos que por sus escenas de acción.

Marvel nos ha dejado con las ganas de disfrutar del Spiderman al cual estamos acostumbrados por darnos una versión más realista del chico de 15 años que es y que no está acostumbrado ni sabe utilizar bien sus poderes.

En cuanto a los villanos aparece Buitre (Michael Keaton), el cual resulta ser finalmente el padre de la chica que le gusta a nuestro Peter, pero consigue derrotarlo gracias a la explosión del traje del enemigo.

Otro gran dilema en esta película es la tía May (Marisa Tomei), que es interpretada por actrices más jóvenes en cada nueva versión de Spiderman.

Algo que cabe destacar de esta película es la aparición de la actriz y cantante Zendaya interpretando a Michelle, una compañera del instituto y del club de debate de Peter.

Como conclusión, la película es aceptable para un público más joven que no haya tenido la ocasión de ver las versiones anteriores de Spiderman, pero si esta es comparada con ellas se la puede considerar la peor de todas por no destacar, como es dicho anteriormente, por las escenas de acción, sino por las cómicas.