Mejores citas de Cazadores de Sombras: Ciudad de los Ángeles Caídos, de Cassandra Clare


El amor es una contradicción.
Jace Lightwood

Estoy harto de fingir que puedo vivir sin ti. ¿No lo entiendes? ¿No entiendes que está matándome?
Jace Lightwood

-¿Es eso un perchero?
Jordan dejó caer el perchero en el suelo y suspiró.
-Si hubieras sido un vampiro, esto habría resultado mucho más útil.
-Sí -replicó Jace-. O si hubiera sido alguien que estuviera cargado de abrigos.
Jace Lightwood y Jordan Kyle
-Me lo prometes.
-Te lo juro por el Ángel. -Agachó la cabeza, le dio un beso en la mejilla-. Al infierno con eso. Lo juro por nosotros.
[...]
-¿Por qué por nosotros?
-Porque no hay nada en lo que crea más.
Clary Fray y Jace Lightwood
Si vamos a la Ciudad Silenciosa, mejor será que te vistas. Me encanta lo guapa que estás con sujetador y braguitas, pero no sé si los Hermanos Silenciosos serán de la misma opinión. Sólo quedan unos pocos, y no quiero que mueran de sobreexcitación.
 Jace Lightwood
Mientras estemos juntos, estoy preparada para cualquier cosa.
Clary Fray
Podría haber pedido cualquier cosa del universo. La paz mundial, la cura de una enfermedad, vivir eternamente. Pero lo único que quería era volver a tenerte a ti.
Clary Fray
De haber estado yo allí -[...]-, cuando eras pequeño, habría visto un Herondale en tu cara, Jace Lightwood, y habría sabido quién eras.
Hermano Zachariah
Harías cualquier cosa por salvarlo -[...]-, te cueste lo que te cueste, independientemente de la deuda que puedas contraer con el Infierno o el Cielo, ¿verdad?
Kaelie
-[...] A lo mejor pretendías ligar con ese chico lobo. Es bastante atractivo, si te van los tipos con sexy, anchos de espaldas, con facciones angulosas.
[...]
-Aunque también hay muchas chicas guapas, ya que por lo que parece te van las dos cosas. ¿Hay algo que no te vaya?
-Las sirenas -dijo Magnus-. Huelen a algas.
Alec Lightwood y Magnus Bane
Dicen que la historia está escrita por los ganadores -[...]-. Tal vez no exista tanta diferencia como supones entre el lado de la Luz y el lado de la Oscuridad. Al fin y al cabo, sin la Oscuridad, no hay nada que la Luz pueda iluminar.
Lilith
Pero Magnus -pensó-. Nunca me lo dijiste. Nunca me avisaste de que sería así, de que un día me despertaría y me daría cuenta de que yo iba hacia un lugar adonde tú no podías seguirme. De que no somos lo mismo. De que eso de que "hasta que la muerte os separe" no es válido para los que nunca mueren.
 Alec Lightwood
Estabas muerto y te devolví a la vida. Fui yo quien desestabilizó el equilibrio, no tú. Yo abrí la puerta para Lilith y su estúpido ritual. Podría haber pedido cualquier cosa, y te pedí a ti. -[...]-. Y volvería a hacerlo. Te quiero, Jace Wayland... Herondale... Lightwood... como te apetezca llamarte. Me da lo mismo. Te amo y siempre te amaré, y fingir lo contrario no es más que una pérdida de tiempo.
Clary Fray
Eran las últimas líneas de Paradiso... Paraíso. "Mas yo movía mi deseo y mi voluntad, el amor que mueve el sol y las demás estrellas." Dante intenta explicar la fe, me parece, como un amor aplastante, y tal vez sea una blasfemia, pero creo que yo te amo así. Llegaste a mi vida y de repente tuve una verdad a la que aferrarme: que yo te amaba y tú me amabas a mí. 
Jace Lightwood
-Pero estabas enfadado -dijo Magnus-. Sé que lo estabas. Por eso estaba yo tan preocupado. Salir corriendo y ponerte en peligro sólo porque te habías enfadado conmigo...
-Soy un cazador de sombras -dijo Alec-. Me dedico a esto, Magnus. No es por ti. La próxima vez tendrás que enamorarte de un agente de seguros, si no...
-Alexander -dijo Magnus-. No habrá una próxima vez. -Presionó la frente contra la de Alec, unos ojos verde dorados mirando fijamente a unos ojos azules.
A Alec se le aceleró el corazón.
-¿Por qué no? -dijo-. Tú vivirás eternamente. Nadie vive eternamente.
-Ya sé que dije eso -dijo Magnus-. Pero Alexander...
-Deja de llamarme así -dijo Alec-. Alexander es como me llaman mis padres. Y supongo que es todo un avance por tu parte haber aceptado de un modo tan fatalista mi mortalidad (todo en este mundo muere, bla, bla, bla), pero ¿cómo crees que me hace sentir eso a mí? Las parejas normales tienen esperanzas: esperan envejecer juntos, esperan vivir una larga vida y morir al mismo tiempo, pero nosotros no podemos esperar nada de todo eso. Ni siquiera sé qué quieres.
[...]
-Alex... Alec. Lo único que puedo hacer es pedirte disculpas si te di la impresión de que había aceptado la idea de tu muerte. Lo intenté, creí haberlo hecho... y aun así me imaginaba teniéndome a mi lado durante cincuenta o sesenta años más. Pensé que entonces estaría preparado para abandonarte. Pero se trata de ti, y ahora me doy cuenta de que nunca estaré más preparado para perderte de lo que lo estoy ahora. -Cogió con delicadeza la cara de Alec-. Y no lo estoy en absoluto.
-Y entonces ¿qué hacemos? -musitó Alec.
Magnus hizo un gesto de indiferencia y de pronto, sonrió; con su pelo negro alborotado y el destello de sus ojos verde dorados, parecía un adolescente travieso.
-Lo que hace todo el mundo -respondió-. Como tú has dicho: tener esperanza.
Alec Lightwood y Magnus Bane

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