lunes, 29 de mayo de 2017

Bullying y machismo en Por trece razones


Por trece razones es una serie basada en el libro con el mismo nombre del escritor Asher Jay publicado en 2009. Esta serie tiene al mundo dividido porque muchos dicen que incita al suicidio de los adolescentes que la ven.

Esta serie trata de una chica llamada Hannah Baker, interpretada por la actriz Katherine Langford. Esta chica sufre distintas formas de bullying en su nuevo instituto, lo que la lleva al suicidio. Pero antes de suicidarse deja unos casetes en los que ha grabado los motivos que la han llevado a ese punto.

Cada cara de un casete va dirigida a una persona en concreto que la ha hecho algo a ella. En total son trece caras, de ahí el nombre del libro y de la serie.

La serie comienza cuando Clay Jensen, interpretado por Dylan Minnette, recibe los casetes. Esto le lleva a relacionarse más con su amigo Tony Padilla (Christian Navarro) porque él sabe más acerca del tema que cualquier otra persona, ya que es la persona que custodia unos casetes extras por si le pasase algo a los otros. Clay va viviendo los momentos que sufrió Hannah mientras recorre los distintos escenarios en los que ocurrrieron dichas cosas porque además de casetes hay un mapa que ayuda a deambular por esos lugares.

Esta serie se la puede considerar "dura" porque en ella hay momentos crueles que se ven de forma demasiada específica en las escenas que no dejan nada a la imaginación.

Refleja de una forma muy clara lo que puede llegar a padecer una persona que sufre bullying por parte de sus compañeros y los que también consideraba como sus amigos. Pero otra característica apreciable en esta serie es como refleja el machismo que sufre una chica joven al ser tratada como un simple objeto sexual por parte de sus compañeros de instituto llegando incluso a haber violaciones.

También hay una clara muestra de interés propio que tienen todas las personas que aparecen en las grabaciones ya que le interesa protegerse a ellos mismos de lo ocurrido, sin importarle el sufrimiento por el que están pasando los padres de Hannah.

Aunque no todo lo que la ocurren llevan a que sean motivos para el suicidio. Quizás cintas como las de Clay, Zach o Sheri son de menor importancia en comparación a otras, pero después de todo lo que sufrió esto la afecta mucho más de lo que podría haberla afectado en otras circunstancias.

Es una buena serie que muestra de una forma muy real el bullying y machismo que puede sufrir una chica hasta llevarla al suicidio. Pero en esta ocasión no recomiendo verla a todo el mundo porque afecta de una forma muy personal y más a las personas que viven o han vivido una situación similar. No incita al suicidio como se dice, pero es en el caso de personas que no hayan pensado nunca en esto, aunque quizás sí lo haga en personas que hayan sufrido bullying, por eso no es recomendable para todo el mundo.


viernes, 19 de mayo de 2017

Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez


Los girasoles ciegos es una novela dramática de Alberto Méndez que cuenta cuatros relatos conectados entre sí durante la Guerra Civil Española.

"Si el corazón pensara dejaría de latir." En este relato se ve el aprieto de un hombre, Capitán Alegría, que se rinde antes de la victoria de su bando, el bando nacional, porque no le ve sentido a la guerra que está ocurriendo en su tierra.

"Manuscrito encontrado en el olvido." El siguiente se caracteriza la historia de un padre y su hijo recién nacido, ya que lo cuenta de una forma que hace ponerse en la piel del padre porque estás leyendo su diario tras su muerte. Lo más característico es que cuenta como rechazó a su hijo porque su mujer había muerto al darle a luz.

"El idioma de los muertos." En este relato se puede apreciar la cantidad de mentiras que se pueden llegar a contar para poder sobrevivir en esta época tan complicada para los vencidos. Y como un padre deja vivo a un hombre que conoció a su hijo solo para que le hable de él.

"Los girasoles ciegos." Como último relato narra las complicaciones que puede llegar a tener una familia por ser del bando republicano en la España de la Guerra Civil: llegan a tener que esconder al padre de la familia para que no le encuentren los nacionales. También cuenta las obligaciones que tiene un niño de tan solo ocho años, ya que tiene que mentir en su colegio diciendo que su padre está muerto.

Todos los relatos son duros de leer por su realismo y el dolor que llegan a sentir y trasmitir los personajes, haciendo que te sientas como un personaje más.

Recomiendo este libro a todos los que quieran cambiar un poco su lectura habitual para adentrarse en el complicado momento histórico de la Guerra Civil Española porque es un libro bien narrado que facilita la lectura del mismo.

miércoles, 10 de mayo de 2017

Opinamos sobre Glee


Seguro que muchos de vosotros habéis visto algún capítulo de la serie Glee, protagonizada por Lea Michele y Cory Monteith, entre otros.

Lo que más destacaría de esta serie es que trata temas realistas que ocurren en los institutos y en chicos adolescentes, sobre todo en Estados Unidos. Algunos ejemplos que podemos poner son el caso de embarazo adolescente, homofobia, armas, bullying...
Como en todas las series y programas hay ciertos personajes que destacan más que otros, ya sea por su forma de ser o por su entorno. 

Rachel Berry es el personaje interpretado por Lea Michele. Este personaje ha sido el que ha tenido mayor cambio alrededor de la serie: ha pasado de ser la típica chica adolescente que no tiene amigos en el instituto por su forma de ser a ser una artista de Broadway reconocida. Rachel es un personaje que quizás no cause una primera buena impresión por su forma de ser, pero a medida que avanza la serie cada vez se hace más querida por sus seguidores. Aquí cabría destacar un gran problema, posiblemente el peor que he visto en la serie, y resulta que los padres de Rachel, una pareja homosexual, pasaron de ser una pareja "interracial" a ser los dos blancos, por lo que se perdió toda la gracia que dijo este personaje al comienzo de la serie refiriéndose a que nunca sabría cuál de los dos es su padre biológico.


El personaje que interpretaba el actor Cory Monteith era Finn Hudson. Finn era un personaje muy querido por todos los fans de la serie, además de todos sus compañeros de institutos y profesores, por eso la repentina muerte del actor asestó un golpe muy duro para todos. En la temporada 5 de la serie hay un capítulo homenaje para este personaje y para el actor que lo interpretó (Capítulo 3: El Quarterback), es un capítulo muy bonito pero a la vez muy duro para todos los seguidores de la serie y sus compañeros de rodaje. 

Lo mejor de esta serie es que ningún personaje pasa desapercibido. Sue Sylvester, interpretada por Jane Lynch, es uno de los personajes más graciosos, si no es el que más, su forma de ser es muy curiosa ya que actúa a veces como una psicópata y otras veces como una madre, sobre todo con el personaje Becky Jackson, interpretada por Lauren Potter

También están las típicas animadoras de las películas estadounidenses que tratan a todos con inferioridad. Quinn Fabray (Dianna Agron), Santana Lopez (Naya Rivera) y Brittany Pierce (Heather Morris) son los personajes que están desde la primera temporada a la última, aunque van a cambiando su forma de ser a lo largo de la serie. Otra animadora que lleva el mismo camino es Kitty Wilde (Becca Tobin).

Otros problemas a destacar de esta serie es que en la cuarta temporada, tras graduarse la mayoría de los miembros del Glee, aparecen personajes nuevos como Marley Rose (Melissa Benoist), Wade (Alex Newell) o Jake Puckerman (Jacob Artist), que son buenas aportaciones al guión, pero desaparecen en la temporada 5 sin dar una explicación precisa de su historia. En la temporada 6 vuelven a meter personajes nuevos, pero son muy básicos o poco creativos llegando a parecer que están ahí por seguir la historia más que por ser originales. El último fallo que se puede destacar es juntar al final Nuevas Iniciativas con Los Gorriones, algo de lo que se podía haber prescindido totalmente.

El desenlace de algunos personajes está bien, pero que no cuenten el de todos los personajes hace que te quedes con la duda de otros.

Recomiendo ver esta serie a cualquiera, tiene mucha variedad y personajes para todos los gustos, además de canciones de cualquier tipo. Y así es como Sue lo dice.

martes, 2 de mayo de 2017

¡Entrevistamos a Ricardo Gómez!



Anteriormente hemos hecho una crítica al libro Mujer mirando al mar de Ricardo Gómez. Ahora hemos conseguido una entrevista muy especial que queremos plasmar aquí para cualquiera que quiera saber más acerca de este escritor o quiera saber cómo y cuándo empezar a escribir.


¿Qué le hizo pasar de ser un profesor de matemáticas a un escritor y dedicarse plenamente a ello?

El deseo de escribir. Es decir, yo empecé a escribir cuando era profesor de matemáticas, cuando daba clase, pero en realidad mi mundo ha sido siempre literario, incluso antes de empezar a leer y a escribir. A veces cuento que tuve la suerte de tener un abuelo al que le gustaba contar historias y un par de maestros que me hicieron leer. Y además de esto, mi mundo infantil, como el mundo adolescente, eran también muy literarios, eran mundos en los que se mezclaban desde aventuras de El Capitán Trueno y sus luchas con espadas hasta las historias de Julio Verne llegando a la luna o 2001: Una odisea del espacio, y al mismo tiempo se iba a jugar al futbolín a escondidas.


¿De pequeño quería escribir o dedicarse a las matemáticas?

De pequeño no quería escribir ni tampoco dedicarme ni estudiar matemáticas. La verdad es que uno es pequeño durante mucho tiempo, el ser pequeño no es una foto, es un vídeo largo. Cuando era pequeño lo que quería era ser astronauta porque tened en cuenta, y volvemos otra vez al mundo literario, cuando se fue a la luna yo tenía 15 años y en esa época y dentro del mundo literario se hablaba mucho de los viajes a la luna, del futuro de los astronautas, qué comían los astronautas, cómo hacían pis en la nave... entonces, muchos de los chicos de mi edad queríamos ser astronautas. Yo no pensé nunca en escribir y en dedicarme a escribir, luego lo de la afición por la literatura más formal o por las matemáticas aparece mas tarde, cuando era adolescente.


¿Alguna vez llegaste a pensar que ser escritor no le iba a llevar a nada?

Ser escritor es asumir que llevas a la espalda una mochila llena de dudas. Cuando decidí escribir no pensaba en ser escritor, yo empecé a escribir a mis 44 años, comencé a escribir cuentos, contar alguna historia y, además, quería contar alguna historia emulando la forma de algún escritor que yo admiraba. Poco a poco me di cuenta de que la escritura me gustaba, y también vi con sorpresa como algunos de esos cuentos se publicó. Cuando se publicó, teniendo en cuenta que quería escribir, también escribí una novela que se publicó y luego un nuevo libro que también se publicó, y cuando yo tomé la decisión de escribir ya había publicado algún libro. No digo que la decisión no la tomara sobre seguro, pero sabía que escribir significaba ese riesgo: cuando uno está empezando a escribir no sabe si va a terminar la historia, cuando termina la historia no sabe si se va a publicar y cuando la publica tampoco sabe si esa historia se va a vender y si uno va a poder vivir o por lo menos se va a poder comprar un bocadillo de jamón y queso a fin de mes, o sea, hay muchas dudas siempre que se escribe.


¿Recomendaría a alguien seguir sus pasos de escribir y dedicarse a ello?

Si uno tiene el deseo de escribir yo invito a que se escriba ya, sin miedo, también invito a escribir sin el propósito de convertirlo necesariamente una novela o en un cuento porque escribir va más allá de eso. La escritura es siempre un aprendizaje, es decir, uno no puede pretender escribir y saber escribir sobre todo cuando es joven. Hay casos en los que hay escritores jóvenes que son muy buenos, y podríamos poner el ejemplo de Susan Hinton, que con 16 años es la escribió Rebeldes, que es más o menos la edad que tenía Mary Selley cuando escribió Franksentein, con 18, pero esos son casos son muy excepcionales. Dedicarse a escribir es otra cosa distinta de escribir, y sobre todo en este tiempo en el que por desgracia se lee poco. Lo que siempre aconsejo es escribir, y escribir, si es posible, con pasión y con deseo de escribir, luego ya lo de dedicarse a escribir es otra cosa ya que depende de tener suerte porque hay escritores que nosotros conocemos como muy famosos que no han vivido de la escritura, igual que hay gente que vive de vender libros y no es escritor. Pero si alguien se me acerca y dice que quiere escribir yo le digo empieza a escribir ya, no tengas miedo, no te cortes, no esperas a nada, empieza a escribir, pero con esa conciencia de que uno está aprendiendo a escribir siempre.


¿Le costó mucho que aceptaran tus libros en las editoriales?

Como ya era mayorcito y sabía como funcionaba este mundo cuando empece a escribir no mandé ninguno de mis originales a las editoriales porque sabía que me iban a decir que no o iban a demorar la respuesta. Lo que hice fue utilizar un atajo que fue la de presentar algunos cuentos o libros a algún concurso, y los primeros cuentos y libros los publiqué después de que ganaran algún premio algunos premios importantes y otros más secundarios. Cuando ya tenía publicados algunos libros es cuando los editores te empiezan a tomar un poco en serio, pero ir de cara a un editor con un libro hoy en día es muy complicado. Yo utilicé ese atajo, luego ya a medida que fui publicando y obteniendo algún premio la cosa va mas rodada, ya uno tiene un nombre y le buscan por ahí.


Con respecto a Mujer mirando al mar, ¿por qué la estructura del libro es así?

Esa estructura tiene que ver con el propio descubrimiento que se produce en el libro. Para mí el tema de una novela, e incluso los protagonistas, está ligado a la forma, el cómo se escribe, el cómo se cuenta la historia. El protagonista, es decir, el hilo conductor de la historia, encuentra un poema y ese poema lo tiene que leer y desvelar, va avanzando poco a poco a medida que va descubriendo la historia. El primero se sorprende por unos versos, no por el poema completo, y a medida que va leyendo va encontrando distintas partes de la historia o características del personaje de la historia. Se va mezclando, por un lado, una ficción sobre otra ficción y al mismo tiempo este proceso de descubrimiento va alternando los capítulos porque esto es un proceso de descubrimiento del libro.



¿Por qué Elena no dijo la verdad en el juicio?

La historia sería totalmente distinta. Si Elena en el tribunal termina de confesar que no ha matado a Pablo, y que ha fingido su muerte ante la Guardia Civil, por un lado pone en riesgo a Pablo, a quien seguirán buscando porque le están persiguiendo, y por otro lado se pone en riesgo a sí misma. Si ella hubiera admitido que al principio lo que ocurrió fue una trampa a ella la hubieran condenado a la misma pena que a Pablo, entonces tiene que mantener la mentira durante todo el tiempo. Si se hubiera producido ese cambio, como resultado de un interrogatorio, si Elena hubiera confesado que Pablo seguía vivo el resultado hubiera sido una condena a muerte de Pablo e incluso de sí misma.


¿Se ha arrepentido de algo que ha puesto en el libro?

Ni me he arrepentido, ni me he dado la oportunidad de arrepentirme, porque cuando uno escribe un libro y lo lleva a publicar se supone que lo ha pensado, lo ha leído, lo ha releído, lo ha meditado antes de que se publique y ya está hecho. Pero, es que esa duda ni siquiera me la he planteado, este libro está allí con sus errores y sus aciertos. A lo mejor uno podría decir que podría cambiar tal cosa, pero ni siquiera tengo intención, no lo hago con ninguno de mis libros. Otra cosa es arrepentirse, que sí se puede hacer, uno puede tener arrepentimientos de un libro que ha escrito y publicado, pero no es el caso de esta historia, esta historia por lo que recuerdo y por lo que veo cuando me encuentro con lectores creo que sigue funcionando con sus vicios y con sus maluras.


¿Por cuál libro quiere que le recuerden?

Uno próximo, espero que mi próximo libro sea mejor que los anteriores. Es a lo que aspira un escritor, un escritor lo que espera es que el próximo libro que esté escribiendo sea muy superior a todo lo que ha escrito. Espero que mi próximo libro sea por el libro por el que me recuerden y por el que digan que todo lo anterior sirvió para que escribiera ese.